Luego de varios días, y esta vez con menos esperanzas, toco otra granpuerta, a pesar de que todos me dicen “toca otra más pequeña”, yo, terca comosiempre, decido hacer las cosas a lo grande y toqué esa gran puerta (Telecentro) la cual noestaba abierta para mí pero tampoco le vi pestillo de seguridad y mucho menos cadenas que impidan para siempre mi entrada, por eso espero paciente a un lado.
Mientras espero, hoy voy rumbo a tocar otra puerta, como me gustan ¡grandes!, pero inseguras, aun así, y esta vez con más emoción que la primera, camino con pasos firmes.
Mientras escribo la ilusión que siento, un transeúnte me mira extrañado y su miradallenó de inseguridad mi paso por aquella avenida con este teléfono en mis manosque es un Alcatel pero parece marca Black Berry que podría ser, de mis manosarrebatado, lo guardo y con él la inspiración de aquella calurosa mañana.
Un tránsito insoportable y un en taponamiento horrible me recuerdan mi cita alas 8 de la mañana mientras observo que el reloj marca las 8:45. Mi tardanza mepreocupa, pero no puedo hacer nada para mover los más de 100 vehículos queestán delante de desbaratado carro de transporte público en el que tengo más de una hora sentada.
Al fin llego, una hora después de lo planeado y algo preocupada. Espero sentadala llamada del encargado de poner mis sueños un poco más cerca de mis manos.
Una hora ha pasado y aun sigo a la espera del llamado, mi paciencia empieza adesaparecer pero mis ilusiones la alientan a esperar en tranquilidad.
"¡Venga conmigo!", me dije aquel señor alto y de apariencia elegante. Rápidamentelo sigo, hasta llegar a aquella sala de redacción fría, muy aburrida, más tranquila que una foto colgada en la pared, allí espero mientras ruego al cielo por una oportunidad.Luego de dos horas de espera la jefa de redacción algo joven y simpática, perorecta y firme me dice: "te haré una prueba".
Rápidamente me entrega una aburrida y complicada nota de prensa la cual debíaconvertir en noticia. Escribo y escribo. "Todo está bien" me dice otra señora, de nombre Leonora, al leer lo que he escrito, seguido por las palabras "bienvenida al periódico Hoy.
lunes, 6 de junio de 2011
En la Habitación del Periódico Hoy tras pasar por la puerta de Telecentro
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